Por. Lic. Rosario Ramírez de Ravelo

Desde que el ser humano existe en la Tierra, existe tecnología.  Toda herramienta que ayuda  a la realización de tareas de manera más fácil y funcional, se puede considerar “tecnología”.  Desde los artefactos de roca elaborados por el hombre en la era prehistórica hasta la invención de la bombilla eléctrica, entre muchas otras, han sido innovaciones tecnológicas de su era que cambiaron el curso de la historia.  A través del tiempo la tecnología ha permitido el avance de la sociedad, y ha permeado todas las áreas de nuestra vida. 

En los últimos 30 años del siglo XX, se comienza a desarrollar la era de las computadoras, y por ende, la era digital, con la entrada de los primeros celulares entre inicio y mediados de los ´80, las cámaras de video, VHS, y en los ´90 con la World Wide Web (WWW).  ¿Qué ha pasado con las personas que nacimos en esta época? Pues nos tuvimos que convertir en “migrantes digitales”, aprendiendo a usar e integrar la tecnología para la adaptación a las nuevas tendencias.  A partir del siglo XXI, estamos viviendo en un mundo “conectado” 24/7, donde la tecnologia avanza a una velocidad nunca vista.   Los “nativos digitales” nacieron en este período, creciendo con la tecnología como parte natural de su entorno. 

En nuestros hogares e instituciones educativas, encontraremos  personas de ambos grupos. Entonces, ¿cómo la tecnología ha afectado la forma en que se comunican y aprenden? 

Los migrantes digitales tienden a la comunicación personal,  mientras que los nativos digitales utlizan la tecnología como vía de comunicación principal.

Los nativos digitales tienden a aprender solos.  La autogestión del conocimiento y la metagognición es intrínseca a la manera de aprender de esta generación; “si hay un video tutorial, lo puedo hacer”. 

Las estrategias pedagógicas que propician trabajo creativo, con menos guías, mayor espacio para la innovación y relacionados a la solucion de problemas de la vida real,  funcionan mejor con las ultimas generaciones. Como educadores debemos estar atentos a las nuevas necesidades de nuestros estudiantes, y prepararnos para ello.