No existe una forma correcta de ser padres

 “No debes permitir que tu hijo duerma en tu cama”

“Debes evitar decirle que no porque lo frustras”

“Ya es hora de que coma solo”

“El tiempo fuera si funciona”

¿Te suenan conocidas estas frases?

Estamos bombardeados con recomendaciones y cada vez hay más información disponible para los padres sobre como ser mejores y hacer lo “correcto” en cada situación que se presenta con los hijos. Esto lleva a muchos padres a confundirse, cuestionarse y estresarse continuamente pues un autor, un especialista, una madre o padre dice una cosa y otro, otra muy distinta y, al final, cada uno tiene algo de razón.

Aunque mucho de lo que encontramos disponible en libros, páginas, blogs y redes puede orientarnos al tomar decisiones, es importante comprender que hay muchas formas de criar y educar bien, logrando buenos resultados. Para muchas de las preocupaciones que tenemos como padres no existe una única forma correcta de hacer las cosas. Es por esto importante que estemos abiertos a lo que nos dicen pero que escuchemos siempre nuestra propia voz interior y usemos el sentido común con nuestra propia realidad, distinta a la de los demás.

¿De qué depende?

Nuestras decisiones como padres estarán relacionadas en gran medida a como fuimos criados por nuestros padres y dependerán también de las circunstancias y del contexto en el que nos encontramos en el momento de presentarse cada situación con cada hijo. No será lo mismo lo que hagamos con el primer hijo y lo que hagamos con el segundo, ni utilizaremos las mismas estrategias si nuestro hijo tiene alguna condición especial. Tampoco responderemos de igual manera si estamos criando solos sin una pareja. Cada caso es muy particular y nos llevará a relacionarnos con nuestros hijos de distintas formas, ninguna necesariamente incorrecta.

Es por esto que debemos tener cuidado al compartir nuestra forma de educar a nuestros hijos y nunca asumir que tenemos la última palabra y que lo que hacemos es lo correcto. Cada casa y cada familia es única y tendrá su estructura, su cultura, su forma de relacionarse y de interactuar.

Cualquier decisión que tomemos y la forma como abordemos la crianza será correcta en la medida en que los hijos estén seguros, su integridad física, emocional e intelectual no se vea amenazada y tengan oportunidades para desarrollarse y aprender de manera apropiada.

Existen tantos métodos como familias y diversos enfoques funcionan en distintas situaciones por lo que es mejor escucharnos y crecer que cerrarnos creyendo que tenemos la razón. Al abordar temas como la alimentación, las rutinas al dormir, el control de esfínteres, técnicas de disciplina, entre otros, lo que a otros padres les ha funcionado podría funcionar en mi hogar y me podría ayudar a se mejor padre. Hay pautas y experiencias probadas que son de gran ayuda y que podemos implementar o ajustar a nuestra realidad.

Estar abiertos es el primer paso para aprender, siempre tomando en cuenta las características, necesidades e intereses de nuestros hijos (que no son los mismos de otros niños) y nuestras propias características, necesidades e intereses como padres (que no siempre son las mismas de otros padres).

Deja una respuesta